Estar presentes

Diana Umaña

...

El problema de productividad, así como la ansiedad o frustración están relacionados con no habernos educado para estar presentes. Estar presente significa estar en un lugar y momento física y mentalmente. Con nuestra atención total en una sola cosa. Y en este contexto, estar pleno de mente y cuerpo es cuando tenemos a nuestra disposición nuestros mejores recursos. La historia nos dice que nadie ha logrado algo relevante por estar haciendo algo más mientras piensa en otra cosa. Quién está en todas partes, está en ninguna parte, decía el filósofo romano Séneca.

Tenemos un cerebro increíblemente formado para ser capaz de imaginar, crear, recordar y aprender, mas estas mismas ventajas se pueden volver en nuestra contra si no somos capaces de enfocarnos intencionalmente en dirección a nuestros objetivos.

Nosotros podemos tener prácticas diarias que nos ayuden a mejorar nuestra capacidad de estar presentes en mente y cuerpo. Después de todo, queremos a nuestra disposición los mejores recursos para atender lo que sea que tengamos en frente. Esto es necesario para ser mejores líderes, emprendedores, atletas, traders, para absolutamente todas las áreas en las que queramos desarrollarnos. Incluso es necesario para entrenar nuestra memoria, aprender más rápido, superar nuestros miedos o limitantes, dormir mejor, gestionar inteligentemente nuestras emociones. La clave está en nuestra capacidad para dominar nuestra atención, es decir, hacer una sola cosa y que esa una sola cosa sea el enfoque de nuestra mayor intención. A continuación, vamos a mencionar tres maneras para fortalecer nuestro músculo de atención.

Por diez minutos al día sentémonos solos en un espacio independiente. Al inicio puede ser retador y nuestra mente va a buscar la forma de estar alerta y entretenerse con cualquier cosa. Al ser humano se le dificulta el sentarse en una habitación a solas sin hacer nada, por ello es necesario este ejercicio de fortalecimiento.

Tener una rutina mañanera con una tarea a la que podamos dedicar total atención y presencia. Por ejemplo, prepararnos un café, meditar, ducharnos, escribir, caminar, cualquier actividad de nuestra preferencia. Es fundamental que sea lo primero que hacemos porque de esta manera nos estaremos programando para tomar soberanía de nuestra mente y no entregarnos a merced de las demandas externas como correos, mensajes, demandas de nuestros familiares, etc.

Evitar los dispositivos electrónicos durante la primera hora del día, por ejemplo, aquellos que nos envíen notificaciones, mensajes de trabajo, contacto con redes social, etc. Si queremos controlar nuestro músculo de atención es necesario que tomemos las riendas de lo que podemos modificar y no confiemos demasiado en nuestra fuerza de voluntad. Es mejor tener fuera de nuestra vista todo aquello que nos aleja de nuestro objetivo. Esta es una regla esencial de todo cambio de hábito.

Estar presentes no significa desaprovechar o menospreciar nuestras capacidades humanas para realizar diferentes actividades, sino más bien hacer uso de ellas de la forma correcta. No conformarse con el estatus quo sino utilizar de la mejor manera nuestros recursos y oportunidades, y continuar avanzando en dirección a nuestras metas. Estar presentes no se trata de no tener aspiraciones sino más bien hacernos presentes ante ellas. Aun cuando las cosas parecen no favorecernos tenemos la opción de reagrupar nuestra energía para volver al presente, y darnos cuenta de que tenemos muchas oportunidades que aprovechar en el aquí y ahora.

follow us

¿TIENE DUDAS O CONSULTAS?

Comuníquese con nosotros. Nuestros asesores expertos están esperando para servirle.

testimonios